I can’t forget my crossing.
I close my eyes and nightmares haunted my consciousness.
Darkness and pain inhabit this place.
I open my eyes and bring myself back to reality.
I crave an idyllic, parnassian crossing.
Opening up the door:
Now, the world is yours
Warm kisses of father sun
that invite me to share myself with the world.
I crave a fearless journey
Just like my ancestors once did.
visiting their cousins from the north
One last “Iciuhca ximocuepa” engraved into my spirit
With the hope that they would come back soon
Not a goodbye forever, but a see you soon
The same hope that my abuelo needed to raise me into a storm.
Offerings of water I needed to pulverize any border in seconds.
Offering the same hope to reclaim my title of “konetl tlahuilli”
And the strength I need to fight for my humanity.
The insatiable craving of a journey without trauma
Where the spirits of Mother Earth hold me dearly
Protecting me from danger, evil and persecution
These flashbacks still hunted me
spiking a fight or flight response
hearing the symphonies of lifeless souls lost in the desert
the last breath in decomposition
the sorrows and mourning mothers
who never heard their altepekakonetl.
The burning sensation on my tongue begging for water
Pulling away cactus thorns that tell me to breathe.
This craving to paint my story behind your eyelashes wouldn’t ever be
a different story to tell
Caring less about the traumas I picked up along the way.
Traveling alone,
an endless urgency to see a familiar face
Losing my mind walking alone
Feeling ashamed of my own body
And keeping secrets for my own safety
Abuelo’s face.
broke down this anxiety in this body
with a long hug from Abuelo’s wrinkly arms.
The same feeling drove me to learn the languages of blood
to disintegrate anyone who would dare touch Abuelo.
In reality, I didn’t even see when he was taken away.
I just kept his words in my pockets
and ran as fast as I could for my dear life.
I want sweet memories
Sweet as juicy mangos from Abuelo’s huerta
I want a normal life but my brownness has become political.
My illustrations have become a healing process
Where my sketches are bandaids to cover these invisible wounds
It is the only way I managed to breathe.
Something called, “normal”.
It never served my purpose.
I was born to be chaos, earthquakes,
tsunamis, and storms to dare society
and tell them
”I am here!
Deal with it.”
español
No puedo olvidar cruzar la frontera.
Cierro los ojos y las pesadillas atormentan mi conciencia.
La oscuridad y el dolor habitan este lugar.
Abro los ojos y vuelvo a la realidad.
Anhelo un cruce pacifico, poético.
Abrir la puerta y:
ahora, el mundo es tuyo.
Besos cálidos de padre sol que me invitan a compartirme con el mundo.
Anhelo un viaje sin miedo,
al igual que lo hicieron mis antepasados.
Visitando sus primos del norte
Una última "Iciuhca ximocuepa" (adiós) grabado en mi espíritu
Con la esperanza de que regresen pronto
No un adiós para siempre, pero un nos vemos pronto
La misma esperanza que mi abuelo necesitaba para hacerme en tormenta.
Ofrendas de agua que necesitaba para pulverizar cualquier frontera en segundos.
Ofrecer la misma esperanza de recuperar mi título de "konetl tlahuilli" (hijo de luz)
Y la fuerza que necesito para luchar por mi humanidad.
Estas ansias insaciables de un viaje sin trauma
donde los espíritus de la Madre Tierra me abrazan con cariño,
protegiéndome del peligro, el mal y la persecución.
estos recuerdos aun me atormentan dándome las ganas de correr y volar a la vez
escuchando las sinfonías de las almas sin vida perdidas en el desierto. el ultimo respiro en descomposición. El dolor de madres en pena que nunca escucharon más de sus altepekakonetl (hijos). La sensación de ardor en mi lengua rogando por agua, quitando las espinas de cactus que me dicen: respira.
Estas ansias de pintar mi historia detrás de tus pestañas nunca sería una historia diferente para contar. aun menos sobre los traumas que recogí en el camino. Viajar solo, con una urgencia interminable para ver una cara familiar
Perder la mente caminando solo Sentirme avergonzado de mi propio cuerpo por primera vez. Y mantenerme secretos por mi propio bien.
La carita del Abuelo desapareció esta ansiedad en este cuerpo con un largo abrazo con las manitas arrugaditas del Abuelo.
El mismo sentimiento me llevó a aprender los idiomas sanguinarios para desintegrar a cualquiera que se atreviera a tocar a mi Abuelo.
En realidad, ni siquiera vi cuándo se lo llevaron lejos. Solo guardé sus palabras en mis bolsillos y corrí lo más rápido que pude por mi vida.
Quiero recuerdos dulces, tan dulces como mangos jugosos de la huerta del Abuelo
Quiero una vida normal pero mi color canela se ha vuelto algo político.
Mis ilustraciones se han convertido en un proceso de curación en el alma. Donde mis bocetos son vendajes para cubrir estas heridas invisibles. Es la única forma en que logro respirar.
Algo llamado "normal". Nunca cumplió mi propósito. Nací para ser caos, terremotos, tsunamis y tormentas para desafiar a la sociedad y decirles "¡Estoy aquí! lidia con esto!”